40 años de una proeza inolvidable (fotos)

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A lo grande

El triunfo del caballo Cañonero en el Kentucky Derby, primer peldaño de la Triple Corona de Estados Unidos el 1° de mayo de 1971, resultó un suceso que estremeció los titulares de la prensa local.
No es para menos. Hoy se cumplen 40 años de una hazaña que sigue en la cima gracias a la calidad de Cañonero, la destreza del ex jinete Gustavo Ávila, el pulso del entrenador Juan Arias y el riesgo de su propietario Pedro Baptista.

Así se tejió este histórico lauro que le dio la vuelta al mundo y con un caballo que llegó al_Kentucky Derby muy disminuido tras el agotador viaje por aire y tierra.
Cañonero no era un purasangre vistoso. Era parado de manos y fue vendido en una subasta en Keeneland por apenas 1.200 dólares. Al final, el empresario Luis Navas lo vendió a Pedro Baptista por 4.500 dólares.
Tras aguantar un viaje agotador por tierra rumbo al_Kentucky Derby, ingresó al hipódromo y no generó impresión alguna ante su golpeado físico.
El equipo asumió el reto y Cañonero tomó aires. En los 300 finales de la carrera, enalteció la bandera local y silenció a las tribunas.
Gustavo Ávila: “Me enalteció”
El ex fusta Gustavo Ávila no titubea para mencionar su gloria encima del caballo Cañonero. Ayer lo contactamos vía telefónica justo cuando disfrutaba por la TV un partido del beisbol de las Grandes Ligas. “Cañonero es parte de mi gran historia en la hípica. Recientemente fui exaltado al Salón de la Fama del Kentucky Derby y era como si la victoria con Cañonero se había concretado hace pocos años. Resulta una hazaña que sigue vigente. Sin lugar a dudas, Cañonero me enalteció. Hoy en mi país y en el exterior, la gente sigue recordando ese histórico triunfo”, dijo.