El Purasangre: velocista nato

El caballo sigue fascinando. Este animal es noticia desde que el Cro-Magnon lo pintó en las paredes de las cuevas de Lascaux hace más de 10.000 años. No caben dudas de la intervención vital del caballo en los diferentes períodos históricos.

Desde 1700 hasta 1555 a. de J. C. se aprecia en la historia el avance del caballo por los pueblos de Oriente, especialmente en Egipto. Los Hirsos, de razas desconocidas, se apoderaron de la comarca baja del Nilo con el liderazgo de Salitis, junto a los llamados Apófisis y un muchacho de nombre Jeyen, con fama de rey de los extranjeros y del ejército, y con el coraje de controlar la Palestina, Siria y Babilonia.

Las conquistas de estos hombres fueron tan significativas para la historia, simplemente porque fue el primer pueblo capaz de utilizar el caballo enganchado a los carros de batalla, y así exhibiéndose frente a sus rivales de turno como superiores en el combate.

En la edad media las poblaciones bárbaras le dieron valor al caballo, pero solamente para la guerra. Se recuerda los longobardos en Italia en 568 y 774 después de Jesucristo, así como también los visigodos en España desde 411 hasta 714 d. de J.C. Ambos fueron capaces de meter otros caballos nórdicos que luego fueron mencionados como germanos. Pero en la edad media, no podemos obviar a la civilización árabe

Luego el caballo fue pieza fundamental en los pueblos israelita, griego, romano y Extremo Oriente. Por ejemplo, en China, fue con las tribus de los mongoles y sus expertos jinetes; refieren los historiadores que los Mongoles solían alimentarse de carnes y de leche de yeguas, aumentando la crianza de los animales y así fortalecer su caballería como la más vigorosa de las aldeas del norte.

De ello se desprende que la doma y adiestramiento del caballo fue determinante en la historia, con la finalidad de conquistar tierras y considerables núcleos civilizados en los pueblos orientales.

EL CRUCE, SECRETO PARA EL ÉXITO

El doctor Jorge Falcón, médico veterinario con experiencia en el hipismo de Estados Unidos y Venezuela, sostiene que el ejemplar purasangre de carrera nace gracias al cruce con las yeguas inglesas la cuales emanaban mucha velocidad, así como también las fortaleza y resistencia de los caballos árabes.

“A partir del siglo XX se ha buscado, en el ámbito mundial, mucha velocidad en los caballos de carreras. Resulta la cualidad fundamental de estos equinos. La hípica se fortaleza ante la presencia de tres grandes padrillos y campeones mundiales: Northern Dancer, Mr, Prospector y Seattle Slew”, aseguró el profesional de la medicina equina.

Adicionó: “En los últimos años se han realizado profundos cambios en la hípica. Se busca precocidad y velocidad en los caballos de carreras. Por ello, ha costado mucho en Estados Unidos conseguir un ejemplar que alcance la Triple Corona, ya que no tienen esa resistencia para llegar a las distancias de aliento. En los establecimientos de crías buscan la rapidez para que salgan ganando sus primeras carreras como equinos de dos años”, dijo Falcón.

Con relación al caso de Venezuela, el veterinario sostuvo que en los últimos 25 años también se impone en nuestro país el cruce con los grandes padrillos Northern Dancer y Mr Prospector.

“Lamentablemente, tenemos muchos aspectos en contra en Venezuela en lo que a crianza se refiere: no poseemos el cultivo de pastos ricos en proteínas que es vital para el crecimiento de los animales. Igualmente, tenemos casos graves con la pistas. Nuestro país soporta un índice muy alto de ejemplares lesionados”, indicó.

Del mismo modo resaltó que no se han realizados estudios sobre el cultivo del pasto en Venezuela. “Cuando exista una alimentación natural rica en calcio y minerales, vamos a tener unos mejores ejemplares purasangres de carrera. Con todo y esos detalles, no podemos obviar que nuestro país viene superando los obstáculos y se nota un cambio. Ya los animales gozan de mejores físicos para desempeñarse con gallardía en cada una de sus actuaciones”, especificó el doctor Jorge Falcón.

VELOCIDAD Y APTITUD

El escritor argentino Daniel Inchausti revela detalles importantes del ejemplar purasangre de carrera en cuanto a su velocidad desarrollada en la pista, con la finalidad de comprobar su capacidad atlética.

“La velocidad es la característica fundamental del puro de carrera y lo que ha hecho su crédito. En otras épocas era el caballo oriental que tenía fama de veloz, fama un tanto legendaria; pero la selección del puro de carrera dejó pronto atrás, no teniendo hoy comparación entre una y otra raza. Tanta es la diferencia”, acotó el autor.

Del mismo modo expresó que la ligereza del purasangre de carrera varía según las circunstancias entre 15 y casi 18 metros por segundo. La última cifra para recorridos de 1.000 metros y en condiciones favorables.

Finalmente, no dejó por lado el discernimiento de que la respiración, circulación y asimilación, son fenómenos fisiológicos de distinto comportamiento según los animales que tienen suma importancia en la determinación de la aptitud corredora.

Debe acabarse el maleficio que el hipismo se relaciona, única y exclusivamente, con las apuestas. En nuestra consulta queda demostrado que por encima de una apuesta, está el valor y la capacidad de un caballo de carrera, el esfuerzo de un entrenador y la garra de un caballerizo que se entrega por su campeón para levantar a su familia. Ese es el hipismo, esa es la pasión por el Deporte de los Reyes.