#Hipismo | El caballo, noble por naturaleza

Desde hace miles de años, el caballo ha sido uno de los más fieles
colaboradores que la naturaleza le ha regalado al hombre para construir
las diversas sociedades. Noble y trabajador, ha tenido fundamental
importancia en batallas, expediciones, y tareas rurales.

En la Argentina, el caballo tiene una arraigada tradición, que ningún
avance tecnológico ha logrado hacer desaparecer por completo. Pero en
los últimos tiempos, se ha descubierto una nueva faceta de este animal:
la capacidad de curar.
La equinoterapia reúne diversas técnicas orientadas al tratamiento de
personas con discapacidades o patologías, en las que el elemento
central es el caballo. Paraná cuenta con varias ONG que se abocan a
tratar a los pacientes a través del caballo.
La Asociación de Equinoterapia La Delfina es una de ellas. UNO
Dialogó con Marita Suárez, una de las equinoterapeutas de la asociación,
acerca de las cualidades de este noble animal, como una forma de
homenajear a todas las especies del reino animal en su día.
“Los caballos son seres muy especiales, que crean un vínculo
fortísimo con las personas. La bonanza, la mansedumbre, el afecto que
tienen para dar no tienen comparación. Es un animal que por naturaleza
tiene una disposición al servicio”, señaló.
Marita explicó por qué los equinos son los animales ideales para
realizar actividades terapéuticas: “Es el único animal que tiene
movimiento tridimensional –arriba y abajo, derecha e izquierda, adelante
y atrás-, siguiendo el mismo patrón de movimiento que la pelvis humana.
El chico que se sienta en el caballo sin montura recibe unos 2.000
impulsos cerebrales por sesión, por lo que está comprobado que la
equinoterapia es un tratamiento ideal para abordar todo tipo de
patologías”.
Este proceso de estimulación produce endorfinas y favorece la
sinapsis neuronal, permitiendo que el cerebro identifique músculos,
miembros, órganos, y comience a mandarles instrucciones, favoreciendo el
proceso de habilitación neuro – muscular.
Marita también señaló que el caballo es apto para lo que en
kinesiología se conoce como termoterapia, ya que su temperatura corporal
es dos grados superior a la del humano.
“En 11 años de trabajo, cada día tenemos una anécdota nueva. Es
increíble ver cómo los chicos que vienen a tratarse progresan día a día.
La relación que se genera entre los caballos y los pacientes es
hermosa. Cada chico se sube siempre a un determinado caballo; siempre
nos aseguramos de que el animal lo esté esperando cuando llega a la
sesión. Y si el paciente no se acomoda bien sobre el lomo, el caballo se
las ingenia para ubicarlo bien. Es sorprendente la habilidad que tienen
estos bichos”.

Una vileza
La semana pasada, desconocidos ingresaron al predio de La Delfina y se llevaron a Irú, uno de los preciados caballos.
“Sufrimos horrores la falta de Irú. Nos lo robaron hace ocho días, y
ya se nota que es irremplazable. Tenemos un chico autista de 21 años,
que siempre lo montaba. El otro día, lo tuvimos que subir a otro
caballo, pero se la pasó preguntado por Irú durante toda la sesión, y al
final tuvo que bajarse, porque se descompuso. Hasta ese punto llega la
importancia de la relación entre el animal y la persona”.
Preparar un caballo para equinoterapia es un proceso que demanda
mucho tiempo y esfuerzo; lograr la perfecta docilidad de estos animales
puede tomar años. Es por eso que el robo de Irú es un golpe bajo.0
“Esta situación nos deja mal, porque siempre nos hicieron falta
caballos. Hace tiempo que estamos solicitando algún tipo de ayuda, que
nos donen algún animal, y nunca nos dieron una respuesta. Ahora, que nos
roben uno de los pocos que tenemos es el colmo. Realmente, pedimos a la
gente que se comprometa con las ONG, especialmente con este tipo de
asociaciones, que tienen que ver con ayudar a chicos con
discapacidades”.
Fecha especial
El Día del Animal se instituyó en 1908 por impulso de Ignacio
Albarracín –impulsor de la Ley de Protección animal– y de Clemente
Onelli, quien era por ese entonces director del Jardín Zoológico de
Buenos Aires.
La Sociedad Protectora de Animales había sido creado años antes, en
1879, durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento, gran
defensor de los animales.
Albarracín luchó para que se establezca una ley de protección a los
animales para que no fueran maltratados, discriminados ni cazados, que
fue sancionada el 29 de septiembre de 1954 y promulgada el 27 de octubre
del mismo año con el número 14.346. Impone prisión de 15 días hasta un
año, al que infligiere malos tratos o hiciere víctima de actos de
crueldad los animales.
También enumera los actos de crueldad y maltrato y los castiga.
Fuente: Diario La Provincia
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