sacarse del pasto y alimentarse con una dieta especial, baja en
carbohidratos no estructurales. El heno de alfalfa es un buen
ingrediente para la alimentación de estos animales durante la fase aguda
del problema.
doloroso y bastante grave que afecta a los tejidos que conectan la
muralla y las estructuras blandas del casco. Se trata de una enfermedad
de origen multifactorial y uno de los factores que ayudan a que se
desencadene es una excesiva cantidad de carbohidratos no estructurales
en la dieta del caballo. Además, los équidos con síndrome metabólico o enfermedad de Cushing la sufren con más frecuencia.
Una noticia publicada en Equinews.com
señala que es recomendable una restricción en la cantidad de
carbohidratos no estructurales del alimento de caballos que estén
sufriendo laminitis en su fase aguda. La dieta debe contener heno con
baja proporción de estos carbohidratos (1,5-2 % del peso del animal). El
heno de alfalfa es un ingrediente adecuado para estas dietas que pueden
completarse con salvado, pulpa de remolacha o cáscara de soja para
aportar la fibra necesaria.
Si el animal necesita perder peso,
mejor esperar a que supere la laminitis, ya que durante la enfermedad
necesita recibir alimentos de calidad y una dieta balanceada, sin
déficits de ningún tipo.
Aunque no hay literatura científica que
la respalde, se ha comprobado empíricamente que los caballos con
laminitis pueden beneficiarse de un incremento de la cantidad de biotina
(15 a 30 mg/día), cinc y metionina en la dieta, que mejoran el
crecimiento de la muralla del casco. Si la velocidad de crecimiento de
la muralla aumenta, se consigue que vuelva a tener una conformación
adecuada más rápidamente tras el episodio de laminitis.
También es
recomendable mantener altos niveles de ingestión de vitamina E, ya que
el estrés oxidativo es otro factor que interviene en la aparición de
laminitis.
Por Joaquín Ventura García
http://argos.portalveterinaria.com