VIDEOS | Caballo Invasor fue ovacionado tras regresar a Uruguay

Invasor en el paddock del hipódromo de Maroñas (Foto cortesía Nicolás Garrido)
Antonio Gandolfo trabajó 42 años en el Hipódromo de Mercedes. Ante la
falta de tecnología, era el juez que dictaminaba en qué orden cruzaban
los caballos el disco. Su hija, Olga, de 84 años, conoció ayer
Montevideo por primera vez. “Vine a ver a Invasor”, dijo desde la
tribuna del Hipódromo de Maroñas.
Invasor se había despedido de
Maroñas con la Triple Corona en 2005 y volvió ayer con un palmarés
único. Triunfó en 11 de las 12 carreras que disputó. En 2006 ganó la
Breeder’s Cup y fue consagrado como el caballo del año en Estados
Unidos. Al año siguiente, ganó la Dubai World Cup y se retiró por una
fractura.
Con motivo del 12º aniversario de la reapertura del
Hipódromo de Maroñas y en el intervalo de dos carreras, Invasor paseó el domingo 29 por la rotonda de espera. Generó en principio mutismo. El chasquido
de sus herraduras contra el asfalto se mezclaba con los disparos de las
cámaras de fotos. Alto, elegante, de patas majestuosamente largas,
parece realmente de otro planeta. Paseó luego junto a la pista y fue
ovacionado por el público.
“Se me erizó desde la punta de los pelos a los pies”, confesó Gustavo
Duarte, el jockey que lo montó en Uruguay. “Estoy por llorar, pero no
quiero”, dijo Duarte a El Observador luego de tocarlo y fotografiarse
otra vez con el campeón.
Duarte asegura que apenas lo subió se
dio cuenta de que era “de otro planeta”. Basta mirar al caballo para
entender al jockey. Invasor parece realmente una bestia divina. “En vez
de cuarta y quinta, tiene sexta”, cuenta el jockey que probó todas sus
marchas sobre la pista de Maroñas.
Cerca del disco lo esperaban los hombres que lo vieron ganar sus primeras carreras.
Juan
Luis Vio viajó en 2004 a Argentina, junto a Pablo Hernández y su
hermano Luis Alberto, que falleció, para comprar un potrillo. Juan Luis,
que tiene 78 años, y desde los 8 pasa sus fines de semana en Maroñas,
lo eligió por la mirada. “Él no te miraba a vos. Miraba a lo lejos. El
finado Pico Oribe me había dicho que caballo que mira a los lejos es un
caballo bueno y se dio”, contó ayer. Invasor sigue con la mirada a lo
lejos mientras los flashes lo bombardean.
Hernández, el socio de los hermanos Vio, vio ganar a Invasor en una de
las carreras más importantes de Estados Unidos. “Fue el gol de Uruguay
en un mundial faltando dos segundos”, recuerda.
Para ellos, Invasor
es Ghiggia, Maradona y Gardel. “Es el noveno caballo en cifras ganadas
en la historia del mundo”, advierte Hernández.
El campeón regresó
a Uruguay para trabajar como padrillo. Hernández informó que su
servicio cuesta entre US$ 2.000 y US$ 3.000. Su sangre es leyenda viva.

Crédito: Nicolás Delgado 
www.elobservador.com.uy

0 0 votos
Calificación de artículo

Acerca del autor

Suscribir
Notificar de
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios