Los caballos adultos duermen apenas tres horas diarias

Redacción Dimensión Hípica.

El periodista Francisco María a través del portal español https://okdiario.com dio a conocer una investigación sobre el caballo y se hizo la pregunta de ¿Cuánto tiempo necesita dormir un caballo?. La investigación resulta muy interesante para los amantes de estos nobles animales.

Todos los seres vivos que poseen un sistema nervioso central necesitan de un periodo de reposo. La duración de este lapso depende de las características y necesidades de cada uno de ellos. El tiempo que requiere dormir un caballo está muy condicionado por su dieta. Como la mayoría de los herbívoros, es un animal que forma parte del menú de muchos depredadores. Por lo que siempre debe estar listo para huir cada vez que se encuentre bajo amenaza.

Comparativamente hablando, los equinos figuran en la lista de las especies con lapsos de sueños más cortos; entre los mamíferos lideran las jirafas (menos de dos horas al día). En el extremo opuesto se ubican los murciélagos. Estos voladores además lo hacen en una posición ‘extrema’: colgados y de cabeza. De las 24 horas de cada jornada, 20 la pasan en los brazos de Morfeo.

El tiempo que necesita dormir un caballo: lujo de jóvenes

Los potros duermen mucho más que los ejemplares adultos. La razón es sencilla, y es que durante el periodo de sueño se activa la hormona del crecimiento. Sin embargo, desde pequeños los caballos no ocupan horas continuas para reposar. Lo hacen por bloques.

Hasta los seis meses ocupan 12 horas en dormir, pero repartidas en siestas de 30 minutos. Desde este punto y hasta que alcanzan el primer año de edad, el tiempo de descanso se reduce a la mitad.

Al llegar a la edad adulta todo se limita sustancialmente: apenas tres horas diarias. Igualmente, repartidas en pequeños ‘fragmentos’ de pocos segundos; momentos en los que además no es frecuente que alcancen la fase REM.

Durmiendo de pie

Otra necesidad de esta especie: al dormir un caballo permanece casi siempre de pie. Característica no solo condicionada por su lugar en la cadena alimentaria de muchos depredadores. Esta costumbre también se vio impulsada un factor anatómico: si reposan tumbados en el suelo, el peso de las vísceras paulatinamente irá comprimiendo el diafragma. Lo que desencadenará dificultades respiratorias.

Para mantenerse ‘erguidos’, los caballos cuentan con un aparato recíproco de sostén. Las patas traseras cuentan con abundante fibra y tendones adaptados para soportar todo su cuerpo, por lo que consiguen mantener la tensión sin fatigarse. Hay que recordar, además, que al descansar suelen estar mayoritariamente sobre sus extremidades. Solo un 10% del día se sientan o se echan a relajarse.

Los caballos domésticos, muy cercanos con sus dueños, no solo duermen un poco más que los salvajes. También es común encontrarlos tumbados en el suelo. Un indicativo inequívoco de que el lazo afectivo entre animal y su amo es bastante sólido. Sinónimo de confianza plena,

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