El sábado, a la altura de la novena carrera, se le rindió homenaje al entrenador José Armando Contreras, quien ya cumple seis años de fallecido. Hoy continúa inmerso en nuestra mente.
Ha sido esa persona que nunca podré olvidar en el medio hípico. Del mismo modo, el apoyo de Pablo Andrade, Santos Mario Domínguez, Pablo Schneider y Daniel Pérez. Personas que han sido refugios y senderos claros para quien escribe en este maravilloso mundo de las carreras de caballos.
Por allá, a finales de la década de los 90, este servidor era aprendiz a entrenador de la cuadra de Pablo Andrade. Siempre cuando subía con el listado de ejemplares en cada uno de los turnos de galopes, no podía faltar una conversación con José Armando Contreras.
Allí estaba. Recostado en una esquina de la tribuna de traqueos del poste de los 1.400 metros. Los ojos pequeños y la mayoría de las veces su mandíbula descansaba en su mano derecha, mientras se deleitaba con el galope de sus ejemplares.
Era un jocoso de primera. Recuerdo que lanzó el cuento de una botella de cervezas. En su época de chamo apostaba dinero con otros chamacos sobre quién se tomaba una botella de la espumosa en menos segundos. “Los maté. No sostenía la cerveza con la mano. Noooo. La sostenía con la boca y zuassssss en menos de cinco segundos me la tomaba completica”, exclamaba José Amando con su inolvidable risa y sus dos manos sostenidas en la baranda de la tribunita del poste de los 1.400 metros.
El día del examen para optar la matrícula de entrenador fue un verdadero show. Primero, días antes me decía: “Se te acabó la mantequilla. Me tocó evaluarte. Ponte las pilas porque te voy a raspar, ñoño”.
En efecto, el día del examen estaba el profesor. Me informó que tenía diez minutos para armar el filete y vestir al caballo listo para salir a galopar. Mientras cumplía con el examen práctico, Contreras pasaba por el puesto del caballo con las manos cruzadas y reposando en la parte posterior de su cintura con el holgado pantalón de polyester color marrón que jamás se borrarán de esta historia.
“Ayyy papá, lo veo mal”, decía mientras caminaba. La presión era total. Al final todo salió bien. En la salida de la caballeriza donde se llevaba a cabo el examen soltó: “Te asustaste pendejo, aguantaste la presión”. Todo un hombre jocoso, inteligente y con las bridas en sus manos a la hora de entrenar un ejemplar purasangre de carrera.
Unos de los tantos recuerdos que llevo conmigo de este hombre jovial. Lo recordaré siempre por sus sugerencias cuando me inicié con mi primer caballo Cuarto Bate. El hipismo tendrá siempre en la más alta vitrina a este señor, gran padre, profesor y sobre todo, un gran amigo.
Que sigas descansando viejo.
Con cariño
Antonio José Medina
A continuación la recta final del Clásico Simón Bolivar de 1993,
victoria del caballo Ta’Fino, pupilo de José Armando Contreras y la monta de Richard Bracho
hola antonio como estas tus palabras llegan al corazon de los hipicos aunque no lo conoci pero tu forma de hablar de el sobra para entender que era una buena persona antonio te saludo es marco el que era aprendiz de mario domingues el de cumana escucho siempre tu programa y muy bueno por sierto mi correo es [email protected] quiero ponerme en contacto contigo nuevamente por tu exelente amistad que me brindaste en mi estadia en la cuadra de mario por favor si puedes escriveme o estare intenetendo llamarte a tu programa este domingo eres un bue sujeto saludos amigo… Leer más »