Hipódromo La Zarzuela se queda sin caballos

Una persona observa la pista de la Zarzuela. / CARLOS ROSILLO
Hace casi ocho meses que en el hipódromo de La Zarzuela no se oye el galope de los caballos de carreras. Desde que el pasado 30 de noviembre se disputó la última competición de turf, en esta instalación solo se celebran entrenamientos. La mayoría de los caballos, además, ya no pisa el césped del recinto. Antes de que el sector entrase en stand by
había 400 equinos en Madrid, pero la cifra actual ronda los 190, según
datos del propio hipódromo. La diáspora ha sido irremediable: unos 50
ejemplares han emigrado a Francia, y casi 150 han sido jubilados,
retirados de la alta competición, según datos de la Sociedad de Fomento de la Cría Caballar de España (SFCCE).
El turf, que da trabajo directo e indirecto a unas 3.000
familias —una cifra no oficial de la que se lleva hablando años—, ha
sufrido en toda España. “Se ha echado a perder todo un sector
productivo: mozos de cuadra, jinetes, entrenadores… Necesitamos
recuperar la competición y traer otra vez a los caballos, porque muchos
se han llevado a Francia a entrenar y competir”, dice Luis Morgado,
presidente de la Asociación Española de Propietarios de Caballos de Carreras (AEPCC). Los cuatro hipódromos más importantes (Madrid, San Sebastián, Sevilla y Málaga)
se quedaron sin carreras en diciembre de 2014 porque consideraban que
la SFCCE, encargada de organizar y arbitrar la competición, no estaba
legitimada para regular este deporte. Sin un regulador, las carreras de
caballos se suspendieron en los principales recintos. Este domingo, sin
embargo, la competición volvió a San Sebastián —un hipódromo privado— con SFCCE como moderador. A Madrid todavía no ha regresado y, al menos de momento, no hay una solución para el problema.
El hipódromo de la Zarzuela, una empresa pública en la que se invirtieron en remodelación más de 50 millones de euros entre 2003 y 2014,
argumenta que por ley no puede firmar un contrato con la SFCCE, una
empresa privada, porque entró en liquidación —con un pasivo de 2,5
millones de euros— el pasado 2 de febrero. “Me he puesto en contacto con
los distintos ministerios para conseguir otro regulador. Si nos damos
prisa, llegaremos a la temporada de otoño”, cuenta Faina Zurita, presidenta del hipódromo.
Para los propietarios de caballos, las justificaciones de Zurita son
palabras vacías que se vienen repitiendo mes tras mes. “Como empresa
pública, el hipódromo de la Zarzuela tiene que solucionar el problema, y
Zurita ha demostrado que es incapaz de recuperar las carreras. Por eso
pedimos su dimisión. Además, no tiene por qué firmar un contrato con la
SFCCE, solo pagarle unas tasas para que haya turf hasta que se cree un nuevo regulador”, argumenta Morgado.
Cuando el pasado diciembre los hipódromos rompieron con SFCCE, su
intención era crear un nuevo regulador. La institución que iba a ocupar
su lugar, la Real Federación de Hípica Española,
se echó atrás después de que SFCCE denunciase a Zurita por supuestas
irregularidades en un contrato para retransmitir las carreras. No había
un plan B, y el resultado fue la emigración y la jubilación de caballos.
Crédito: Diario El País, de España
27-7-2015
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