Momentos antes de su despedida ( Foto cortesía Kiko D’Angelo) |
Cuando tienes un caballo de calidad y lo ves sufriendo postrado en la viruta de su puesto ante una lesión en un casco mortal que le impidió estar parado y volver a ganar carreras y clásicos, no puedes atenazar las ganas de llorar cuando sientes que no hay otra manera de parar su dolor.
Hoy, el hipismo venezolano pierde a un gran caballo: El Caminante. Fue sacrificado por una fuerte infección que le hizo perder el casco del miembro posterior izquierdo. El dolor embarga a la cuadra del entrenador Oscar González.
Pero, vamos más allá. El sufrimiento también envuelve a la familia Hostos. Personas totalmente entregadas por fortalecer el espectáculo deportivo de las carreras de caballos. El señor Carlos lo conocí más de cerca en Panamá en el marco de la Serie Hípica del Caribe 2011.
Tenía a sus caballos Gran Charlie y Bronsted con el sueño de ganar algunas de las carreras con toda su familia. Se fue de Panamá con las manos vacías. Meses después adquirió a El Caminante y le ganó el Clásico Cría Nacional, segundo paso de la Triple Corona. Sin duda, uno de los mejores tresañeros de la temporada.
El hijo de My Own Business ganó tres carreras en siete salidas (Foto Edixon Gámez) |
En el Clásico República de Venezuela falló inesperadamente y a 14 cuerpos del ganador Chao. Algo pasaba. Dos días después de la carrera salió con severa claudicación. Desde allí comenzaron los momentos más difíciles para un ejemplar purasangre de carrera.
Pero, se notaba tranquilo. “Antonio, es un guerrero” me decía su entrenador Oscar González. Con todo y su lesión en el casco, seguía con buen apetito. Sin embargo, la herida no le permitía estar muchos minutos parado y dejaba caer su cuerpo en la viruta con la asistencia diaria del equipo de cuadra.
Duele de verdad, cuando existe amor por los purasangre de carrera. Duele pensar cómo sujetos tienen tanta sangre fría para atacar a un caballo, totalmente esquivo al caso de El Caminante. Pero, hay que mencionarlo.
Vaya mi afecto, abrazo y respaldo a la fmailia Hostos por la inesperada partida de su pupilo, pupilo de la afición hípica de Venezuela. Mi abrazo a su entrenador y amigo Oscar González, el caballerizo de El Caminante quien imaginamos estaba lleno de anhelos; y a todo el equipo de cuadra, veterinarios y establecimiento de cría.
Se nos fue El Caminante. Una historia que merecía su espacio en los medios de comunicación porque el caballo sudó y sudó para fortalecer el hipismo venezolano. Ahora, descansa y duerme para siempre.
Antonio José Medina