Igualmente, ligaba con todo las lluvias en mi querido pueblo de El Tigre, allí, justo en la avenida Cinco para jugar a las carreras de caballos con los diminutos ríos que se formaban al costado de las aceras. Los caballos participantes: las paletas de helados. Cada uno tenía un nombre, esos nombres que reposaban en la Gaceta Hípica.
Tenía en mente ese sueño, ese anhelo de acercarme a un caballo purasangre de carrera. Escribir sobre ese animal y tenerlo al lado para disfrutar del hipismo. Lateralmente, jugaba béisbol y defendí por diez años la camiseta de la selección del estado Anzoátegui hasta la categoría juvenil con los Criollitos de Venezuela.
Tras culminar los estudios de bachillerato, asumí el reto de viajar a Caracas rumbo al mismo rincón donde estudiaba mi hermano mayor: una residencia cerca de la Plaza Madariaga en El Paraíso. Allí comenzó el desafío: jugármela en el terreno del estado Universitario para buscar un cupo en la Universidad Central de Venezuela. Me temblaron las piernas cuando entré al terreno y miré a Pompeyo Davalillo, manager de la selección ucevista.
Más de 40 aspirantes en el terreno en busca de un puesto en la selección. Me fajé con cuatro muchachos por el puesto de la tercera base. Un juego contra los Leones del Caracas, fue el momento más grande para el pase y el cupo en la UCV. Conecté de 3-3 y atrapé una línea por la raya y en el aire conectada por Jorge Uribe, en aquel tiempo el jardinero central de los melenudos.
Desde ese momento, era parte de la familia UCV. No pude lograr el cupo en la Escuela de Comunicación Social. Me pasaron a Historia y luego tenía que hacer el cambio. Así lo hice. Simultáneamente, apareció mi tío Joel Marín, actual miembro del Salón de la Fama del Deporte Venezolano, quien le pidió a Apolinar Martínez, director de Meridiano, una ayuda para que su sobrino iniciara el camino del periodismo. La emoción fue total. Aceptado.
Un orgullo compartir con periodistas como Víctor José López, Peggy Quintero, Carlos Figueroa Ruiz, Juan Cermeño, Graciano Cruz y mi gran profesor en el periodismo: Ángel Gutiérrez, hijo del recordado jinete “Colorao” Gutiérrez.
Desde ese momento comencé a labrar el camino. Cumplí pasantía. Fui pronosticador de las revistas Desbocado, Sin Freno y La Fusta. Ir a los traqueos y platicar con Juan Vicente Tovar, Douglas Valiente y Daniel Pérez, eran aquellos sueños en los juegos de caballos que organizaba en las aceras de la avenida Cinco en El Tigre.
Pasé al diario Panorama, mi gran escuela. Doce años cubriendo hipismo, deportes, sucesos, Miraflores, política y ciudadanos. Desde 2004 estoy al frente de las páginas hípicas del diario Líder junto a mi colega Hernán Viloría Daboín.
Hoy sábado 27 de junio se celebra el Día del Periodista. Hoy suelto las bridas para compartir con ustedes momentos inolvidables en esta profesión tan bella. Una enorme satisfacción en casi 20 años de carrera, tener la dicha de entrevistar personalidades de calibre como: ex pelotero Alfonso “Chico” Carrasquel, Juan Vicente Tovar, Roberto “Mano e Piedra” Durán, Ángel Francisco Parra, Alexis Arguello, Luis “Lumumba” Estaba, Gustavo Ávila, Rafael “Pantoño” Oronó, Luis Peñalver, Simón Díaz, Andrés Galarraga, Carlos Lavado, Millard Ziadie, entre otras grandes seres humanos en el ámbito nacional e internacional.
Nuestro blog de Dimensión Hípica seguirá con su rol: defender el gran deporte de las carreras de caballos en Venezuela. Tratando de trabajar con ustedes con toda la responsabilidad y sin ofender a nadie. Plasmar las noticias y los detalles que fortalecen una noticia.
El hipismo es lo máximo; pero, necesitamos verdaderos periodistas hípicos egresados de las universidades para que mantengan el verdadero camino equilibrado y profesional para apostar a un verdadero futuro de nuestra actividad. Hoy con tres profesiones: periodista, locutor y entrenador profesional de caballos de carrera, quiero darle gracias a mi familia, amigos y todos ustedes que han apoyado mi carrera, sin petulancia, por el bienestar de la hípica nacional.
Hoy es un orgullo sentirme periodista.
Falta mucho camino por galopar, mucho camino por defender.
Con respeto,
Lic. Antonio José Medina
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